En el hombre que no era hombre, montaje de diapositivas de gran calidad
audiovisual y catequética, en tono humorístico se presenta al hombre
despersonalizado que se refleja en un espejo como un borrego-masa, una
tele-pasividad, un mono-imitación, un león-agresividad.
Al hacerse una radiografía general sólo se ve como un vacío con telarañas.
Pero
un día se plantea el sentido de su vida y, después de buscar varias
salidas, encuentra su personalización, como si fuera un gran
descubrimienyo o un gran milagro, en pequeños pasos, en gestos
sencillos, en buenas acciones que va realizando. Descubre y da unos
primeros pasos elementales.
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