Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa (27 noviembre)
La primera aparición de la Virgen de la Medalla Milagrosa tuvo lugar el
domingo 18 de Julio 1830, en París, en la capilla de la casa central de
las Hijas de la Caridad, a una religiosa llamada Catalina Laboure. Fue
en un retablo de forma oval.
La Reina de los cielos estaba de pie sobre el globo terráqueo, con
vestido blanco y manto azul. Tenía en sus benditas manos una especie de
diamantes, de los cuales salían rayos muy resplandecientes que caían
sobre la tierra. En la parte superior del retablo estaba escrito en
forma de semicírculo “¡Oh María sin pecado concebida!, rogad por
nosotros que recurrimos a Vos”. En el reverso del retablo se encontraba
escrita la letra M, sobre la cual había una cruz descansando sobre una
barra, y debajo los corazones de Jesús y de María.
Durante la visión, la religiosa oyó que la Virgen le decía que era
preciso acuñar una medalla según el modelo que estaba viendo, y que
cuantos la llevaran puesta alcanzarían especial protección de la Madre
de Dios.
Esta visión se repitió algunas veces, a la misma religiosa, durante la Misa y durante la oración, en la misma capilla.
Una vez acuñada la medalla, las gracias obtenidas se multiplicaron, al
punto que los fieles comenzaron a hablar pronto de una “Medalla
milagrosa”. Poco después, una conversión instantánea, ocurrida en 1842,
en la iglesia romana de San Andrés delle Fratte, hizo que esta devoción
mariana alcanzara un nivel mundial de difusión.